Códice
Chimalpopoca.
1. Y en
seguida se convocaron los dioses. Dijeron: —¿Quién vivirá en la tierra? porque
ha sido ya cimentado el cielo, y ha sido cimentada la tierra. ¿Quién habitará
en la tierra, oh dioses?
2. Estaban
afligidos Citlalinicue, Citlaltonac, Apantecuchtli, Tepanquizqui, Quetzalcóatl
y Tezcatlipoca.
3. Y
luego fue Quetzalcóatl al Mictlan, se acercó a Mictlantecuhtli y a
Mictlancíhuatl y en seguida les dijo: —Vengo en busca de los huesos preciosos
que tú guardas, vengo a tomarlos.
4. Y le
dijo Mictlantecuhtli: —¿Qué harás con ellos, Quetzalcóatl?
5. Y una
vez más dijo (Quetzalcóatl): —Los dioses se preocupan porque alguien viva en la
tierra.
6. Y
respondió Mictlantecuhtli: —Está bien, haz sonar mi caracol y da vueltas cuatro
veces alrededor de mi círculo precioso.
7. Pero
su caracol no tiene agujeros; llama entonces (Quetzalcóatl) a los gusanos;
éstos le hicieron los agujeros y luego entran allí los abejones y las abejas y
lo hacen sonar. Al oírlo Mictlantecuhtli, dice de nuevo: —Está bien, toma los
huesos.
8. Pero
dice Mictlantecuhtli a su servidores: —¡Gente del Mictlan! Dioses, decid a
Quetzalcóatl que los tiene que dejar.
9.
Quetzalcóatl repuso: —Pues no, de una vez me apodero de ellos.
10. Y
dijo a su nahual: —Ve a decirles que vendré a dejarlos.
11. Y
éste dijo a voces: —Vendré a dejarlos.
12. Pero,
luego subió, cogió los huesos preciosos. Estaban juntos de un lado los huesos
de hombre y juntos de otro lado los de mujer y los tomó e hizo con ellos un ato
Quetzalcóatl.
13. Y una
vez más Mictlantecuhtli dijo a sus servidores: —Dioses, ¿de veras se lleva
Quetzalcóatl los huesos preciosos? Dioses, id a hacer un hoyo.
14. Luego
fueron a hacerlo y Quetzalcóatl se cayó en el hoyo, se tropezó y lo espantaron
las codornices. Cayó muerto y se esparcieron allí los huesos preciosos, que
mordieron y royeron las codornices. Resucita después Quetzalcóatl, se aflige y
dice a su nahual: —¿Qué haré, nahual mío?
15. Y
este le respondió: —Puesto que la cosa salió mal, que resulte como sea.
16. Los
recoge, los junta, hace un lío con ellos, que luego llevó a Tamoanchan. Y tan
pronto llegó, la que se llama Quilaztli, que es Cihuacóatl, los molió y los
puso después sobre un barreño precioso. Quetzalcóatl sobre él se sangró su
miembro. Y en seguida hicieron penitencia los dioses que se han nombrado:
Apantecuhtli, Huictolinqui, Tepanquizqui Tlallamánac, Tzontémoc y el sexto de
ellos Quetzalcóatl. Y dijeron: —Han nacido, oh dioses, los macehuales (los
merecidos por la penitencia).
17.
Porque, por nosotros hicieron penitencia (los dioses).
18. Así
pues de nuevo dijeron (los dioses):—¿Qué comerán (los hombres), oh dioses? ¡Que
descienda el maíz, nuestro sustento!
19. Pero
entonces la hormiga va a coger el maíz desgranado, dentro del Monte de nuestro
sustento Quetzalcóatl se encuentra a la hormiga, le dice:—¿Dónde fuiste a tomar
el maíz? dímelo.
20. Mas
la hormiga no quiere decírselo. Quetzalcóatl con insistencia le hace preguntas.
A cabo dice la hormiga: —En verdad allí. Entonces guía a Quetzalcóatl, éste se
transforma en hormiga negra. La hormiga roja lo guía, lo introduce luego al
Monte de nuestro sustento. Entonces ambos sacan y sacan maíz. Dizque la hormiga
roja guió a Quetzalcóatl hasta la orilla del monte, donde estuvieron colocando
el maíz desgranado. Luego Quetzalcóatl lo llevó a cuestas a Tamoanchan. Allí
abundantemente comieron los dioses, después en nuestros labios puso maíz
Quetzalcóatl, Y luego dijeron los dioses: —¿Qué haremos con el Monte de nuestro
sustento?
21. Mas
el monte allí quiere quedarse, Quetzalcóatl lo ata, pero no puede jalarlo.
Entre tanto echaba suertes Oxomoco, y también echaba suertes Cipactónal, la
mujer de Oxomoco, porque era mujer Cipactónal.
22. Luego
dijeron Oxomoco y Cipactónal:—Tan sólo si lanza un rayo Nanáhuatl, quedará
abierto el Monte de nuestro sustento.
23.
Entonces bajaron los tlaloques (dioses de la lluvia), los tlaloques azules, los
tlaloques blancos, los tlaloques amarillos, los tlaloques rojos. Nanáhuatl
lanzó enseguida un rayo, entonces tuvo lugar el robo del maíz, nuestro
sustento, por parte de los tlaloques. El maíz blanco, el obscuro, el amarillo,
el maíz rojo, los frijoles, la chía, los bledos, los bledos de pez, nuestro
sustento, fueron robados para nosotros.
Origen: Códice
Chimalpopoca, Leyendas de los soles , folio 77
Trad. de
Miguel LEÓN-PORTILLA, Los antiguos mexicanos
1 comentario:
lo veo como si fuera un mito pero escrito en forma de guion, todo empieza por que quieren ver quien ponia los principios oh fundaba la tierra y de aqui parte una serie de sucesos como el hecho de que Quetzalcoatl aya caido en un hoyo o se aya quedado con los huesos, la historia esta padre aunque la verdad no toda fue de mi agrado
Gracias
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